La denominación Real Betis Balompié se caracteriza por una de las pocas del fútbol nacional con vocablos de origen exclusivamente castellano, y la más antigua con esta característica.
Sin volver a entrar en la formación del nombre en 1914, que se origina por el cambio de denominación de la Sociedad "Sevilla BALOMPIÉ" tras absorber a la Sociedad "Real BETIS Football Club", el origen de las tres palabras que forman el nombre de la Sociedad es el siguiente:
Real
Título honorífico concedido por Alfonso XIII a la Sociedad Betis Football Club, por medio de Real Orden dada en el Palacio de Miramar de San Sebastián el 17 de agosto de 1914. Se ostenta por la Sociedad absorbente con base en Real Decreto de 23 de diciembre de 1914.
La curiosidad es que el Real Betis recibió esta distinción de Real antes de que el Real Madrid lo tuviera
Betis
El término Betis no será utilizado para referirse popularmente al club hasta final de los años veinte y principios de los treinta, al igual que la denominación de béticos. Su adopción corresponde a la denominación histórica del río Guadalquivir, aunque tiene otras concomitancias históricas con la propia ciudad hispalense.
Según Adolf Schulten, el nombre indígena del río era Tartis, que en griego se llamaba Тαρτ-ησσός, y en la tradición indígena ΠερΚ-ης (Estef, Biz., v. BaITIS) o Tertis; Schulten considera que debía sonar como Tartis o Tertis, y que el nombre de Bætis no es nombre turdetano, sino probablemente ligur. La hipótesis de Schulten es que quizás haya sido Bætis el nombre más antiguo, pretartesio, y Tartis el más moderno, volviéndose a utilizar el nombre primitivo de Bætis tras la destrucción de Tartessos. En cualquier caso, los orígenes fonéticos de Bætis o Beitis como nombre dado al río Guadalquivir parecen remontarse a tiempos anteriores a 2.500 A.C.
El nombre de Bætis o Beitis persiste durante la administración del Imperio Romano, dando nombre a una de las tres provincias en las que se divide la península ibérica: Hispania Baetica, más comúnmente denominada como La Baetica o La Betica, que mantendrá esta denominación hasta el siglo VIII. Durante este periodo el genticilio de los habitantes de la región que hoy es en su mayor parte Andalucía será el de béticos.
Derivado de la denominación del río, el nombre Baitis también corresponde a una población que cita Estrabón en su obra Geographiká, al indicar que después de Korduba y Gades destaca Hispalis, también de fundación de los romanos, cuyo importancia aún pervive, pero que “ha sido superada, desde hace poco que se establecieron en Baítis los soldados de César, aunque su comunidad fundacional no fue ilustre”; tras Baitis menciona a Itálica e Ilipa. Por la descripción de Estrabón la población de Baitis, de fundación prerromana, estaría probablemente contigua a la de Híspalis, hasta el punto de que algunos autores han considerado que podría tratarse de Triana; M.J. Henderson aventuró que Hispalis pudo haber sido una colonia doble, Julia (Sevilla) y Romula (Triana), pudiendo ser el nombre completo “Colonia Julia Romula Hispalis” el resultado de la unificación administrativa de dos poblaciones ibéricas (Hispalis y Baitis) posteriormente refundadas como colonias romanas (Julia y Romula).
Balompié
El término Balompié forma parte de la denominación de la Sociedad desde su inscripción el 1 de febrero de 1909. Hasta 1930 aproximadamente es su principal seña de identidad y el nombre por el que es conocida popularmente, dando origen al término “balompedistas” por el que son conocidos sus jugadores y aficionados.
El término nace a inicios del siglo XX, con la vocación de castellanizar el anglicismo “foot-ball” con el que se denomina esta incipiente práctica deportiva. No obstante, a diferencia de otros deportes como baloncesto (basket-ball) o balonmano (hand-ball), la expresión balompié no se impone en el habla popular al anglicismo finalmente admitido, lo que hace más carácterístico su presencia en la denominación del club verdiblanco.
A finales del siglo XIX e inicios del XX se producen varios intentos de aproximación al vocablo foot-ball, siendo denominado en diversos textos como “bola con el pie”, “juego de la pelota con los pies” o “ballon au pied”. No obstante, las propuestas más cercanas son efectuadas por Azorín (“pie-balón”) y Mariano de Cavia, que propone formalmente la expresión “Balompié”, coincidente con la que había sido adoptada pocos meses antes por los jóvenes de la Politécnica.
El término fue incluido en el Diccionario de la R.A.E. en su edición de 1927.